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12 de October de 2021
La actual crisis global de semiconductores como oportunidad para nuevas estrategias de innovación.
Por: Diego Acosta - LLM, Docente Investigador
Si bien la actual pandemia ocasionada por el covid-19 es quizá la coyuntura que mayor espacio ocupa en las portadas de los principales diarios del mundo, no es menos cierto que paralelamente los mercados mundiales enfrentan otra que en parte se deriva de la primera y que no por ser discutida en un segundo plano debe dejársele de atribuir su debida importancia. Se trata de la carencia global de suministro de chips semiconductores, un componente de transcendental importancia para las actuales y futuras tecnologías digitales y electrónicas que, como es sabido por todos, están presentes en casi todos los ámbitos de nuestras vidas. Muchos sectores de la industria se han visto de una u otra manera afectados por dicha carencia. Sin embargo, tal como suele decirse de toda crisis, ésta podría ser una nueva oportunidad para que las multinacionales y gobiernos replanteen sus estrategias de innovación y así puedan embarcarse hacía una nueva dinámica en torno a la producción de esa importante pieza tecnológica.
Los semiconductores son materiales normalmente hechos con silicona que conducen electricidad en mayor medida que un material aislante como el vidrio, pero menos que un conductor puro como el cobre o el aluminio. Están presentes en un gran número de dispositivos electrónicos como los computadores, teléfonos inteligentes, consolas de juego y equipos médicos[1]. Así mismo, se les considera la piedra angular de la computación moderna y la posibilidad de fabricarlos en dimensiones de miniatura ha permitido el desarrollo de productos electrónicos cada vez más avanzados[2]. Teniendo en cuenta estos atributos, no es difícil imaginar que una alteración significativa en la cadena de producción de estos componentes puede producir consecuencias en diversos sectores económicos.
La actual carencia global de semiconductores se debe en parte a la pandemia del Covid-19. Con la entrada en vigor de medidas de cuarentena y confinamiento a comienzos del año anterior, muchas personas mudaron sus actividades laborales y de ocio al entorno doméstico. Con ello, la compra de vehículos automotores disminuyó, lo cual a su turno hizo que la industria automotriz cancelara sus pedidos a los desarrolladores y fabricantes de semiconductores. Por tal razón, éstos últimos reorientaron sus esfuerzos a la producción de semiconductores especializados para productos electrónicos de uso doméstico, que, por efectos de las cuarentenas, vieron una gran alza en su demanda[3].
Pero cuando la adquisición de vehículos tomó un nuevo impulso a finales del 2020 y las casas automotrices presentaron nuevas órdenes de suministro a los fabricantes de semiconductores, éstos ya tenían gran parte de su capacidad productiva dedicada a la manufactura de chips para gadgets domésticos. Por ese motivo, los semiconductores para vehículos pasaron a estar al final de la cola de producción y las empresas de la industria automotriz se vieron obligadas a detener sus operaciones. Por ejemplo, la empresa General Motors debió cortar su producción en 278.000 unidades en mayo del año presente y Ford disminuyó su producción global en un 50% durante el segundo trimestre[4]. Por este motivo, según la consultora AlixPartners, la actual carencia de semiconductores ocasionará pérdidas de $210 billones USD para la industria automotriz en general este año[5].
A los cambios en la demanda de chips para el sector automotor se sumaron también varios sucesos tales como la fuerte tormenta de invierno en Texas en febrero, un incendio en la fábrica de semiconductores de Renesas en Japón, y el bloqueo del Canal de Suez por el buque Ever Given. Todos estos acentuaron la crisis provocada por la escasez de chips. Sin embargo, para el economista Paul Krugman la actual situación también se debe a que durante el anterior gobierno de los Estados Unidos los semiconductores fuesen objeto de tarifas arancelarias y a que no existiese una política clara y predecible respecto a ellas. Esto conllevó a que hubiera un desincentivo general para aumentar la capacidad productiva de chips en diferentes lugares del planeta[6].
Ahora bien, para comprender mejor la naturaleza de esta coyuntura, puede hacerse una aproximación elemental hacia la industria de semiconductores distinguiendo entre las operaciones relacionadas con el diseño y aquellas relacionadas con la manufactura propiamente. El diseño de semiconductores implica actividades de investigación y desarrollo, así como la creación de esquemas de circuito integrado susceptibles de protección por el derecho de la propiedad intelectual. Por su parte, la manufactura de semiconductores supone la transformación de los diseños en productos tangibles, tarea que resulta compleja puesto que implica un trabajo con componentes miniaturizados. En efecto, actualmente son pocas las empresas que cuentan con la capacidad de fabricar semiconductores avanzados. Entre ellas se destacan Samsung, Intel y particularmente Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC)[7].
La concentración de los procesos de manufactura en unas pocas empresas puede conllevar inconvenientes. Cualquier impasse que acontezca con alguna de ellas puede afectar sobremanera la disponibilidad de semiconductores ya que el suministro global de estos componentes se encuentra supeditado a la capacidad productiva de esas empresas. Y por más que en la actualidad estas compañías realicen esfuerzos para atender las demandas de suministro de la industria automotriz y de otros segmentos económicos, no resultaría sencillo cumplir a cabalidad con todas las solicitudes en los tiempos deseados. Ello se debe a que para ampliar la capacidad productiva deben hacerse cuantiosas inversiones de billones de dólares para construir nuevas plantas de producción, y a que el proceso de manufactura de un semiconductor de por sí toma largo tiempo dada la complejidad y el reducido tamaño de los diseños.
Aunque algunos pronostican que los efectos de la crisis podrían perdurar hasta el 2024, desde ya las empresas afectadas han empezado a tomar cartas en el asunto. En ese sentido, el fabricante de vehículos Mercedes Benz ha iniciado gestiones para encontrar la manera para que el suministro de chips para sus plantas de producción en Europa provenga de la manufactura local, y de esa manera evitar tener que importarlos desde Asia. A su vez, el grupo Volkswagen ha manifestado su interés en establecer relaciones directas con las empresas fabricantes de semiconductores y no depender para ello de intermediarios. Adicionalmente, este importante grupo del sector automotriz anunció su interés en empezar a diseñar sus propios modelos de chips[8].
Se considera que la razón por la cual empresas como éstas desean ejercer un control más directo sobre el suministro de los semiconductores es porque se espera que en los próximos años el software cumpla un rol más significativo en el desempeño de los vehículos. En efecto, se estima que para el 2025 el valor que los semiconductores representan en un vehículo de marca Premium ascienda de 4% a 12%[9].
En vista de la importancia de ese recurso estratégico y debido a las consecuencias derivadas de la crisis, el gobierno del presidente Biden se encuentra tramitando un proyecto de ley con el cual se espera colocar en cabeza del Departamento de Comercio nada menos que una suma mayor a los 100 billones de dólares con los cuales se pretende impulsar la investigación, diseño y manufactura de semiconductores. El objetivo sería recuperar el poder innovador de los Estados Unidos ampliando el porcentaje del producto interno bruto destinado a la investigación y desarrollo, así como promover la creación de otros centros impulsores de innovación diferentes a Silicon Valley, Nueva York, Austin y Texas. De esta manera, se cortaría con la actual dependencia de los suministros de semiconductores provenientes del exterior[10].
En el ámbito de las telecomunicaciones, una de las empresas que más se ha visto afectada por la falta de semiconductores es la multinacional china Huawei. Sin embargo, debe destacarse que en el caso particular de esta empresa la carencia de suministros de chips se ha debido en gran parte a las sanciones impuestas por los Estados Unidos. Como consecuencia de no contar con ese vital recurso tecnológico, Huawei que había venido posicionándose en el mercado de los teléfonos inteligentes, ahora concentra sus esfuerzos en el desarrollo de tecnologías de computación en la nube y de asistencia a vehículos autónomos. Es cierto que para incursionar en estos mercados también necesitaría contar con un suministro de semiconductores especializados, pero se espera que China reúna la infraestructura necesaria para producir las clases de chips utilizados en esas industrias, y de esa manera brindar el apoyo necesario a una de las principales compañías de la nación asiática[11].
Un punto en común de las anteriores medidas mencionadas es que exhiben cierto corte proteccionista o nacionalista, dado que es notoria la intención de querer salvaguardar un interés estratégico nacional. Frente a esto, la revista The Economist no se ha ahorrado comentarios al respecto y ha advertido que tales medidas pueden equipararse a subsidios, los cuales a su vez podrían conllevar a una sobrecapacidad y exceso de oferta, y por ello defiende la idea según la cual el estado debería abstenerse de intervenir[12].
Por lo anterior, resultaría interesante considerar la estrategia concebida por Intel, la cual a pesar de los impactos generados por la crisis pareciera mantenerse firme en un ideal de colaboración transfronteriza como fundamento para alcanzar sus metas de cara al futuro. En efecto, según ha manifestado Pat Gelsinger, el nuevo CEO de Intel, la apuesta de la compañía sería un plan hibrido consistente construir dos nuevas fábricas de semiconductores en Estados Unidos, y dos más en Europa. Éstas no solo servirían para manufacturar chips de Intel sino que se colocarían también al servicio de otros diseñadores de semiconductores. Adicionalmente, también se buscarían acuerdos con la Taiwan Semiconductor Manufacturing Company, para aprovechar la experiencia e infraestructura de ésta última en la elaboración de chips. Aunado a lo anterior, Intel también pondría la tecnología de sus semiconductores a disposición de terceros que quieran utilizarla para realizar ulteriores desarrollos. Esta medida seguiría la misma línea de Microsoft cuando decidió darle apertura a sus programas en el 2014, permitiendo que pudiesen ser utilizados en sistemas operativos de otras compañías[13].
Es cierto que planes como este podrían resultar ambiciosos. Pero es ante este tipo de coyunturas cuando se necesita de una disposición audaz para salir avante.
De esta manera, se pone de presente que la actual carencia de suministro de semiconductores ha generado pérdidas en diferentes sectores de la industria alrededor del mundo, principalmente en el segmento automotor. Sin embargo, así como la pandemia del Covid-19 ha servido de base para el descubrimiento de potenciales que nos permitan sobreponernos a la misma, la escasez de semiconductores puede ser una oportunidad para que las empresas reorienten sus planes de innovación buscando los mejores réditos. Si bien los instintos de preservación pueden incitar al resguardo bajo medidas de tipo proteccionista, resultaría interesante que la coyuntura motivara la exploración de soluciones fieles a los lineamientos de las cadenas de suministro transnacionales y esfuerzos globales mancomunados.
[1] SEGAL TROY. Semiconductor. En INVESTOPEDIA (Junio 21 de 2021). Disponible en: https://www.investopedia.com/terms/s/semiconductor.asp
[2] HEAVEN DOUGLAS. The humble mineral that transformed the world. En BBC (2019). Disponible en: https://www.bbc.com/future/bespoke/made-on-earth/how-the-chip-changed-everything/
[3] LESWING KIF. Why there’s a chip shortage that’s hurting everything from the PlayStation 5 to the Chevy Malibu. En CNBC (Febrero 10 de 2021). Disponible en: https://www.cnbc.com/2021/02/10/whats-causing-the-chip-shortage-affecting-ps5-cars-and-more.html
[4] BARRETT EAMON. How Toyota kept making cars when the chips were down. En FORTUNE (Agosto 2 de 2021). Disponible en: https://fortune.com/2021/08/02/toyota-cars-chip-shortage-semiconductors/
[5] ALIXPARTNERS. Shortages related to semiconductors to cost the auto industry $210 billion in revenues this year, says new AlixPartners forecast (Septiembre 23 de 2021). Disponible en: https://www.alixpartners.com/media-center/press-releases/press-release-shortages-related-to-semiconductors-to-cost-the-auto-industry-210-billion-in-revenues-this-year-says-new-alixpartners-forecast/
[6] KRUGMAN PAUL. The Trumpian Roots of the Chip Crisis. En The New York Times (Julio 8 de 2021). Disponible en:https://www.nytimes.com/2021/07/08/opinion/trump-trade-chips.html
[7] DELANEY WILL. The Disconnect between Semiconductor IP and Production. En Fordham Intellectual Property, Media & Entertainment Law Journal (Abril 18 de 2021). Disponible en: http://www.fordhamiplj.org/2021/04/18/the-disconnect-between-semiconductor-ip-and-production/
[8] HETZNER CHRISTIAN. “We want to be in control”: Frustrated carmakers upend industry after chip shortage shatters their faith in suppliers. En FORTUNE (Septiembre 24 de 2021). Disponible en: https://fortune.com/2021/09/24/mercedes-volkswagen-frustrated-carmakers-upend-industry-chip-shortage-suppliers/
[9] Ibídem.
[10] GOODKIND NICOLE. The Biden administration is preparing for a historic expansion of a key department to address the semiconductor shortage. En FORTUNE (Septiembre 28 de 2021). Disponible en: https://fortune.com/2021/09/28/commerce-gina-raimondo-manufacturing-crisis/
[11] HILLE KATHRIN, OLCOTT ELEANOR y KYNGE JAMES. US-China business: the necessary reinvention of Huawei. En FINANCIAL TIMES (Septiembre 28 de 2021). Disponible en: https://www.ft.com/content/9e98a0db-8d0a-4f78-90d3-25bfebcf3ac9
[12] THE ECONOMIST. The chip shortage is a self-solving problem (Agosto 7 de 2021). Disponible en: https://www.economist.com/leaders/2021/08/07/the-chip-shortage-is-a-self-solving-problem
[13] THE ECONOMIST. Intel’s turnaround and the future of chipmaking (Septiembre 6 de 2021). Disponible en: https://www.economist.com/business/intels-turnaround-and-the-future-of-chipmaking/21804288